UN NOMBRE Y DOS FOTOS. (Alberto Meléndez)

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En la cabecera de su cama hay una pequeña pizarra. Y en ella escrito su nombre. José Mari. Debajo de este, dos fotos. Una de las dos es obviamente antigua. De un rojizo blanco y negro, un joven quinceañero mira al frente con cierto tono desafiante.

A su lado una foto actual. En color. Mejor dicho, en colores. José Mari, probablemente ya afectado por la enfermedad que le mantiene en esta cama hospitalaria, mira al objetivo de la cámara. Con los mismos ojos y distinta mirada.

Y en la cama, José Mari. Casi en blanco y negro. Apenas unas semanas después de la segunda foto. Un millón de años tras la primera. Sábanas blancas, el pelo gris. Quieto como en las fotos. Tres imágenes. Toda una vida.

Y a un lado nosotros.
Tres figuras en blanco y azul. Espectadores curiosos, agradecidos. Empequeñecidos y abrumados ante la grandeza de una vida expuesta en tres imágenes. Generosamente expuesta.

Y al otro lado ellas.
Tres mujeres quietas con los ojos secos. Esperando. Compartiendo este espacio que es suyo. Este tiempo que es suyo. Este hombre que es suyo.

Ellas, las tres. Han colocado allí esas fotos. Pidiendo nada. Dándolo todo. Ofreciéndonos al resto la posibilidad de saber quién habita esa cama. Quién palidece como una foto antigua.

Un nombre. Dos fotos.

(Nombre y fotos no son los reales. Todo lo demás lo es).

2 comentarios sobre “UN NOMBRE Y DOS FOTOS. (Alberto Meléndez)

    miksarri escribió:
    29/05/2024 en 20:10

    Aunque anunciado, la muerte de nuestro padre ha llegado sin avisar; difícil despedirse para siempre. Un gran tipo, generoso, apasionado de la vida. 

    Como en la vida, ante la muerte respeto y amor, como él quería, como él se merecía. Así le hemos acompañado todas las personas que le queríamos, y las que le han conocido en la planta de paliativos en el último trayecto de su vida.

    Gugan bego.

    albertoenblogalta respondido:
    29/05/2024 en 21:11

    Respeto y amor. Fuisteis así con él. Muchas gracias, y gracias por permitirme contarlo.

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