AGRADECER (Maxi Gutiérrez)

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¿Quién no ha sentido el agradecimiento como regalo? ¿Quién no se ha conmovido ante el que se acerca con el único propósito de reconocer algo que es obra tuya? ¿Quién puede contener la emoción ante un gracias sencillo y sincero?.

Estos días he sentido el agradecimiento de varios personas en la consulta. Cada uno a su manera, como su educación y sus vergüenzas se lo permiten:

. Juan Ramón es un paciente diabético descompensado al que le he agilizado una consulta con el endocrino. Entre su discurso verborreico, para un segundo y dice “por cierto, muchas gracias”.

. Josefa tiene un corazón que ha dejado de bombear con facilidad produciéndole grandes limitaciones y la necesidad de muchos ajustes de tratamiento. Cuando se despide, preocupada, mira hacia atrás y dice entrecortada “Gracias, ¿cómo te voy a pagar toda la guerra que te estoy dando?”.

. Gorka perdió recientemente a su padre en una de esas muertes súbitas, en las que se añade el desconsuelo de no haberse podido despedir adecuadamente. Tras varias consultas de escucha, algunas lágrimas y un poco de ansiolítico la sonrisa asoma un día para decir “gracias”.

. Y Ernesto preocupado por su hija.

. Y la hija de Josefa preocupada por su madre.

. Y Hafida que apenas sabe castellano pero, sabe decir “gracias”.

Es cierto que también hay agradecimientos interesados. A veces se intuyen. Son pocos pero, cuando uno lo recibe sintiendo que le están comprando o comprometiendo a algo a lo que se siente forzado, se produce un sentimiento agridulce de saber que no es verdaderamente sincero.

Las gracias construyen y reconstruyen. Son una parte del proceso de curación.

También son terapéuticas para el que las recibe. Aunque estamos poco acostumbrados a recibir el agradecimiento. Yo también busco mis propias expresiones de excusa: “es mi trabajo”, “yo no he hecho nada”… sin ser consciente que las gracias no se dan por lo que has hecho, por lo que eres o por lo que ejerces sino por un sentimiento que el que se siente reconfortado ofrece de forma gratuita. Últimamente trabajo para recibir el agradecimiento como regalo, con orgullo y con poco rubor. Manifestando mi alegría por recibirlo.

Cuando en mis tareas profesionales he estado alejado de la consulta he dejado de sentir mi propia “utilidad social” como médico. Pocas veces me he sentido tan recompensado por mis jefes como me ocurre en la consulta. Quizás no pueda ser de otra forma pero, estoy convencido que este sistema sanitario se mantiene por muchos profesionales y por el agradecimiento que reciben de sus pacientes. Sin duda, no vivo del agradecimiento pero, crezco por él.

La consulta del médico de familia genera muchos agradecimientos y unos pocos sinsabores y reproches. Sin embargo, nos fijamos más en estos últimos porque generan más ruido, más malestar exterior e interior y porque parece que contarlo es políticamente más correcto. Nos dan juego para muchas conversaciones entre compañeros. Y pienso ¿no sería mucho más constructivo recordar todo lo positivo que recibimos de las personas que pasan por nuestras consultas? ¿no será posible empezar nuestras reuniones compartiendo la última vez que nos hemos emocionado con el agradecimiento de alguien?

12 comentarios sobre “AGRADECER (Maxi Gutiérrez)

    Marta escribió:
    07/07/2014 en 13:13

    Inmensamente AGRADECECIDA 😉

      maxigutierrez respondido:
      08/07/2014 en 23:19

      Marta, tu también podrías contarnos como recibes el agradecimiento en el mundo hospitalario… Seguro que lo experimentas!

    albertoenblogalta escribió:
    08/07/2014 en 20:51

    Pues gracias Maxi. Hablaremos de esto. El agradecimiento ¿un plus o una necesidad? ¿Paciente agradecido sinónimo de bien atendido? En eso se basan las encuestas de satisfacción… Desde luego que yo me siento muy agradecido de trabajar en lo que hago, de tener compañeros y compañeras como tú… pero esto, al fin y al cabo, es mi trabajo…

      maxigutierrez respondido:
      08/07/2014 en 23:23

      De nuevo la respuesta de «es mi trabajo»… ¡¡la tenemos metida a fuego!! y no acaba de gustarme…

      Alberto, nos gustará que nos cuente cómo experimentas el agradecimiento en las situaciones de máxima debilidad, en los finales (y en los principios), en los acompañamientos de cabecera y en las despedidas.
      Sé que tienes mucho que contar sobre ello…

    Ángel escribió:
    09/07/2014 en 15:43

    Muchísimas gracias doctor por escritos tan enriquecedores como este. Efectivamente tanto dar como recibir un agradecimiento es un regalo al que no tenemos que tener ningún miedo. Al contrario, tendríamos que estar más acostumbrados a practicarlo.

      maxigutierrez respondido:
      09/07/2014 en 16:27

      Así es, cuando es limpio, sin intereses, sin prevaricación, sin «sobres»…
      Nos han metido a fuego lo que hacemos mal y por eso nos resulta tan difícil aceptar las cosas que hacemos bien y que generan bienestar. Tenemos que «esforzarnos» y hablar de nuestros propios agradecimientos para que con el tiempo nos surja de forma natural.
      Una vez más: desaprender.

    Fernando escribió:
    09/07/2014 en 17:54

    Eskerrik asko, biotz biotzetik. Las gracias sinceras son cosa de cardiología. Afortunadamente los médicos de familia y otros que también somos «generalistas» entendemos del corazón. Es una buena idea hacer lista de las gracias que damos y recibimos. Mirarlas y saborearlas pueden dar un buen tono a la vida

      maxigutierrez respondido:
      10/07/2014 en 19:18

      Seguramente si no hubiera estado en esta clave, una frase que ha dicho un paciente cuando salía de mi consulta, me hubiera pasado desapercibida: «gracias por atenderme tan bien».
      Eso es lo que ha dado tono a mi mañana…

    Imanol escribió:
    09/07/2014 en 22:05

    Muy bien Maxi, me ha encantado. Saber dar las gracias, sin acompañarlas de una coletilla, y recibirlas, sin una disculpa, mejoran tanto al que las da como al que las recibe. Enhorabuena

      maxigutierrez respondido:
      10/07/2014 en 19:20

      Tan sencillo de entender y tan complicado de hacer. Todo a la vez. Y tan gratificante…
      Me encanta que te encante.

    ana escribió:
    21/07/2014 en 19:45

    Yo trabajo para mis pacientes: me sonríen, me dan las gracias… y eso me permite crecer como persona reforzarme en mi profesión, darle un sentido a mi trabajo, y seguir creyendo en lo que hago y cómo lo hago.

    Comentas que nos fijamos mas en los sin sabores y reproches. ¿ No será que en el fondo sentimos que quien nos incomoda nos mete el dedo en el ojo? : eso que no supe interpretar, esa persona a la que no soy capaz de escuchar sin alterarme, a la que no termino de encontrar nada positivo, o que pone delante de mis narices mis propias zonas erróneas….., ante lo cual nos cargamos de razones par explicarle al compañero lo mal que nos han tratado, echando balones fuera, sin pararnos a pensar: «¿porqué me he sentido herida?»
    Sería un bonito ejercicio pararnos un rato cuando recibamos un reproche o tengamos un sinsabor con nuestros pacientes…………….

      maxigutierrez respondido:
      01/08/2014 en 18:41

      Gracias, Ana por tus apreciaciones. Las comparto.
      Conozco un grupo de compañeros que una vez al mes se juntaban para reflexionar sobre cómo les había ido en la consulta y cómo se habían sentido. Buscando crítica y construcción positiva.
      Es raro que nos juntemos para hablar de lo que hacemos mal o mejor… de lo que podemos hacer mejor.
      Me encantaría poder reeditar esta experiencia para seguir creciendo desde los errores… o desde las cosas menos acertadas.

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